Pasaron muchos días y seguía con arena en las orejas (como se
suele decir). El problema es que llevaba hablando del mismo tema 3 meses. Sí, lo que escucháis, del
mismo tema todo el tiempo.
Me llevaron hasta al psicólogo. Pero nada, … mis amigos
intentaban hablar de otra cosa, pero nada...
Hasta que uno de ellos pensó que si las vacaciones molaban
mucho, porque no hacer otra actividad que me dejase entusiasmado, como la
montaña rusa, que mola.
Y así fue, fuimos al parque de atracciones y nos montamos en lo
más alto de la atracción.
Al salir no paraba de hablar de lo genial que era.
¡Me parece que no tengo arreglo!
Zito, 6º curso
Zito, 6º curso
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